viernes, 23 de diciembre de 2011

THE DOORS


"Kata Ton daimona eaytoy"...del griego antiguo, fiel a su propio espíritu o a su propio demonio...

Este es el epitafio que se puede leer sobre la tumba del gran James Douglas Morrison Clarke, más conocido como Jim Morrison (Melbourne, USA, 8 de Diciembre de 1943 - Paris, Francia, 3 de Julio de 1971) y es el que da un significado certero a las coincidencias que le hicieron converger y compartir su vida junto a Ray Manzarek (teclados ,voz), Robby Krieger (guitarra, harmónica) y John Densmore (batería, percusión), para que en el verano de 1965 se decidieran a formar en Los Angeles, la banda que fue el exponente del Rock psicodélico en los Estados Unidos.
Obviamente: THE DOORS.

Con tal solo seis discos de estudio (junto a otros tres grabados tras la muerte de Morrison), el grupo Californiano se convirtió en una religión para sus seguidores y en diana de fuego para los ultra conservadores del país que veían en ellos a una amenaza peor que el propio comunismo.
The Doors estaba formado por talentosos músicos que eran en sí mismos grandes instrumentistas, con mención especial a Ray Manzarek, quien utilizaba los nuevos teclados Fender Rhodes también a modo de bajo ya que la banda no incluía a ningún bajista, con excepción de algunas grabaciones. Manzarek era un gran amante del blues, el jazz y la música clásica y todo ello se aprecia en la composición final de las canciones donde el arpegio y estilo preciso de Krieger junto a la perfecta base de apoyo de Densmore confluían en un sonido único, difícil de imitar y que, en ocasiones, aparentaba estar compuesto por un mayor número de músicos.
Y si esto no era suficiente, para eso nació el rey lagarto, Mr. Jim Morrison.
De personalidad compleja e inteligente, devorador de literatura y poesía (de los versos de William Blake se supone que viene el nombre del grupo), Morrison era un cantante de calidad que le dio el toque inicial y el final al grupo que tanto amó y odió a la vez. Sus letras, influenciadas por la contracultura hippy, la gran cantidad de drogas y alcohol y sus propias ensoñaciones, reflejaban tanto con dureza como con dulzura la realidad que vivían en aquellos años, los 60 y 70, especialmente en los Estados Unidos.
Jimbo no era tan solo un alborotador de masas, un auténtico rebelde ni un sex-symbol salido de los poemas de Baudelaire, sino más bien un artista de pleno, un renacentista de su tiempo que acabó como el ángel caído que habitaba dentro de él. 
De entre los muchos himnos creados por The Doors, os presento uno de mis favoritos:"Light my fire" (Robby Krieger/The Doors) de su álbum de debut grabado en 1966.
A disfrutar,

...Girl, we couldn't get much higher!!








  







1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog!! Lástima que no hayas estrenado el año con ninguna otra aportación, me parecen todas ellas acertadisimas, aunque echo de menos más jazz y se que te apasiona! Un beso desde Barcelona.